Robo advisors. Una herramienta del consejero privado en la implementación de un servicio de calidad para su cliente

E. Ascariz / economista 10.12.2019

Robo aconsejado ya no puede ser ignorado

Más allá del frenesí con el que en un primer momento surgió y que posteriormente ha venido a desfondarse en una gran parte, el robo-advising podría constituirse como un necesario complemento a la oferta de servicios de los asesores, consejeros y bancos privados en el ejercicio de su actividad con sus clientes.

Los asesores Robo son una parte de una tendencia más amplia de tecnología financiera (fintech), que está alterando el papel de grandes empresas establecidas en el sector financiero.

Se trata esencialmente de algoritmos informáticos avanzados que teniendo en cuenta las preferencias del cliente y el apetito por el riesgo, pueden sugerir, construir y gestionar automáticamente una asignación de activos tácticos robusta y personalizada.

Hasta ahora, el surgir, no sin dificultades en su aceptación por parte del cliente final (especialmente pir aquel de un mayor patrimonio), de muchas plataformas de recomendaciones robo, ha sido una buena noticia para los asesores, banca privada y consejeros. La razón, que la actual cosecha de plataformas de asesoramiento robo no ha resultado ser lo suficientemente sofisticada. No dejan nada claro lo eficientes que son y lo bien que funcionan (porque están arraigados en modelos econométricos antiguos e ineficientes) y a menudo han demostrado ser económicamente inviables (rentables para sus promotores), de una forma autónoma.

Los problemas de las plataformas se han derivado de su excesivo enfoque y obsesión por la reducción de las comisiones y de la eliminación del asesor patrimonial (profesional) de la ecuación.

El principio según el cual cuanto menos gastes, más ahorras, podría resultar ser un modelo insostenible para las start-ups fintech, debido a la frustración del cliente, especialmente con el rendimiento alcanzado a través de estas soluciones con su inversión.

Esta realidad proporciona una oportunidad para que los consejeros y entidades de banca privada, demuestren que siguen a la vanguardia del negocio de gestión de patrimonios.

Adaptarse renovando sus modelos de negocio o proporcionando nuevos productos digitales con un nivel de calidad impecable que, al igual que con las marcas de lujo, se mantiene constante en el tiempo, es una realidad ya implementada.

Es posible que las soluciones actuales de asesoramiento robo, evolucionarán hacia un servicio más sofisticado de ‘Robo-4-Advisors’ que se integre en la oferta de asesoramiento financiero privado existente, con cibers y robots cada vez más decisivos para ayudar a los asesores a encontrar rápidamente soluciones inteligentes y de fácil acceso para los clientes. No de momento para sustituirlos.

Si es cierto, que esta dinámica afecta y seguirá afectando cada vez en mayor grado, a aquellos profesionales que no aportan valor añadido relevante a sus clientes en sus tomas de decisión, así como a analistas y gestores técnicos, a quienes ya está desplazando del mercado de servicios financieros.

En esencia, no es creíble de momento que la disrupción digital actualmente en curso reemplace la relación tradicional entre el inversor y su consejero, sino que surja como un complemento dentro la oferta general de servicios. Pero es igual de cierto decir que el asesoramiento robo afectará a la industria de la gestión de patrimonios.

Una selección sólida y basada en la evidencia de un conjunto claro y fácilmente explicable de estrategias «inteligentes» sistemáticas de múltiples activos, puede comenzar a aparecer como «inversiones por satélite» en las carteras de los clientes.

Robo asesorar, al igual que los desarrollos digitales en general, podría ser un elemento clave para el éxito a futuro de la gestión del patrimonio.

Progresivamente, los inversores crecerán en número y en conocimiento, para asumir que la gestión del patrimonio tradicional y las relaciones digitales pueden coexistir y proporcionar una mejor experiencia de cliente.

En conclusión, está claro que las fintech están aquí para quedarse y que los profesionales y entidades que no invierten estratégicamente en este área, estarán condenados a quedarse rezagados o a desaparecer.

Referencias tomadas de A. Nilo, Jefe de Estrategia Cuantitativa.

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