Renta variable en cartera

En este contexto, surge una buena oportunidad de aprovechar el momento para seleccionar ese componente de la cartera de inversión ( entre un 5% y un 15%) con un apetito de exposición mayor como es el de las participaciones en private equity.

Es altamente probable que los rendimientos de las inversiones tradicionales sean más bajas en un futuro cercano, ante la nueva década de la transformación. Por otra parte, frente a unas perspectivas reducidas de que tras las elecciones USA, un paquete fiscal sustancial se haga efectivo, o que asistamos a aumentos de impuestos corporativos en un contexto de turbulencia surgido tras la confrontación Trump vs Biden, las elecciones USA pueden no representar ese cambio de juego post electoral tan ansiado por el mercado de acciones.

El private equity puede ofrecer una forma eficaz de mejorar el rendimiento y la diversificación de la cartera. Históricamente, esta clase de activos ha generado rendimientos más altos que los mercados cotizados, aunque requiere un compromiso de inversión a más largo plazo. Conviene considerar que estas inversiones deben venir primadas por el aspecto de su grado de liquidez entre un 1% y un 3% según esta sea mayor o menor.

Con un escenario actual como este, resultaría conveniente no sobreponderar las actuales posiciones en renta variable de EEUU o Europeas, ante los riesgos a los que siguen expuestas y que pueden penalizar temporalmente su recuperación económica. Siempre exceptuando los sectores industriales de alta calidad y las compañías que han prevalecido a la pandemia.

Se mantienen sin embargo las buenas perspectivas para las tecnológicas, especialmente las grandes corporaciones, que deben de beneficiarse de la reducción de las amenazas fiscales y regulatorias ( especialmente favorables e incluso propiciatorias vía legal) y seguir generando un flujo de caja libre destacable.

En emergentes, las nuevas posiciones de capital desde el exterior, mantienen la cautela sobre el momento de entrar a los mercados, a pesar del buen comportamiento de estos en las ultimas semanas. Parece que el catalizador podrá ser aquellas nuevas noticias que lleguen y permitan concretar la logística y los tiempos de implementación de las vacunas.

No es este el caso de Asia, que toma la delantera en la dinámica de la recuperación, ante una menor incertidumbre en la visibilidad de sus PIB y beneficios empresariales.

Eduardo Ascariz (economista consejero patrimonial) Linkedin| // Juan Manuel Ibáñez Palacio ( economista, consejero financiero)

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