La política fiscal es la clave
La reacción institucional de los gobiernos a las necesidades de apoyo consecuencia de las crisis del Covid, mediante la compra masiva de deuda soberana desde los bancos centrales abría nuevos escenarios de política fiscal.
La primera posibilidad es la de una continuidad de una política fiscal pasiva, consecuente con un presupuesto austero convergente a la sostenibilidad fiscal y presupuestaria, simultaneada en cada momento con el dinamismo económico.
En este caso, la reacción esperada para el conjunto de las economías, lenta y con una cadencia de bajo grado, permite descontar que en este escenario, las políticas fiscales se mantendrán supeditadas nuevamente a actuaciones de política monetaria. Los diferentes perfiles políticos podrán inclinar más o menos el grado de dinamismo, pero dentro de un criterio continuado de austeridad fiscal.
En un escenario como este, inflación y expectativas de inflación se mantendrían reducidas próximas a cero y sólo los bancos centrales dispondrían de las herramientas y mecanismos que pudiesen impulsar tensiones en los precios hacia los objetivos de convergencia a medio y largo plazo.
Una segunda alternativa vendría desencadenada por los actuales desequilibrios presupuestarios y de financiación de los fuertes incremento de los déficits derivados de las consecuencias en las economías de la pandemia del Covid.
La inercia de la situación actual de política fiscal expansiva tendería a perpetuarse una vez las economías recuperen la “nueva normalidad”. Su grado de intensidad vendría determinado por las necesidades de dinamización de las diferentes economías, especialmente en el ámbito de la protección social, la desigualdad y el desempleo, como por los retos de los nuevos paradigmas y modelos económicos, como es el caso de la sostenibilidad (green deal en la UE), intensificándose para cada uno de los países dependiendo del ideario político de los diferentes gobiernos.
En un escenario como este, la política monetaria se supeditaría más intensamente que en el escenario anterior a las actuaciones de política fiscal, anticipándose consecuentemente en el medio y largo plazo un mantenimiento de unos tipos de interés reducidos o nulos, con el principal objetivo de monetizar estos déficits fiscales o contribuir a reducir de esta forma el coste del servicio de la deuda ante cualquier tensión e los niveles de precios.
Un punto intermedio entre ambos escenarios se descuenta como la posibilidad más probable, pero analizando cada uno de estos separadamente, cobra más relevancia el hecho de que desde este momento, potenciales repuntes en la inflación vengan determinados de manera más directa, por actuaciones en política fiscal.
Cobran consistencia los fundamentos de la MMT (teoría monetaria moderna), especialmente tras la llegada al gobierno de EEUU del partido demócrata.
Eduardo Ascariz (economista consejero patrimonial) Linkedin |
Juan Manuel Ibañez ( economista, consejero financiero)