*La mujer se ve determinada en su vida por aspectos y circunstancias propios inherentes al genero.
Ademas de la brecha salarial, que supone en el mejor de lis casos unos desequilibrios de rentas del 12%, llegando en los casos mas extremos hasta el 45%, la mujer se ve afectada por otros muchos aspectos que condicionan negativamente sus previsiones y necesidades de rentas a largo plazo.
Ante su mayor probabilidad de supervivencia a su cónyuge masculino (un promedio de 6 años más), hará que requiera de una pension, junto a otros recursos financieros suficientes, para superar esa etapa vital extra.
La mujer, en este contexto de su mayor longevidad respecto al hombre, la hará más propensa a quedarse viuda o divorciarse. Deberá en consecuencia anticipar esta posibilidad, siendo más activa en una planificación adecuada, el conocimiento y el control de sus finanzas.
Ante su mayor probabilidad a experimentar cortes en la continuidad de su actividad profesional, consecuencia de la existencia de periodos en los que se ve comprometida a compatibilizarla con el cuidado de su familia, los hijos, padres. O como consecuencia de su mayor propensión a compatibilizarla. En ambos casos, afectará a futuro a su promoción profesional, salario medio y cuantía de la pensión.
Por las anteriores causas, se hace especialmente relevante la toma del control de sus finanzas y de la planificación financiera de su plan de vida a largo plazo.
Las mujeres que asumen o comparten con su cónyuge esta responsabilidad de configurar y planificar financieramente sus metas vitales, experimentan un aumento en su grado de seguridad, hasta un 95% más. De satisfacción personal, hasta un 93% más. O de confianza en sí misma, hasta un 91% más. Al reducir con ello el grado de incertidumbre sobre el futuro.
*encuesta de «ubs inverstor Watch», sobre 2.700 mujeres, casadas, viudas y divorciadas en Brasil, Alemania, Honk Kong, Italia, Mexico, Singapur, Suiza, Uk y USA.
Eduardo Ascariz/ economista