el mayor condicionante que amenazaba los mercados ha tomado forma. Las preocupaciones sobre una segunda ola de infecciones.
Nuevos casos en Japón, Beijing o EEUU, donde más de 20 estados registraban crecimientos durante el fin de semana, destacando California, Texas, Florida y Arizona con más de 16,500 casos.
La normalización económica está identificada necesariamente con nuevos rebrotes, aspecto que confirman los epidemiólogos. Es posible que los mercados deban asumir tras esta primera ola de pánico de la esta etapa de «nueva normalidad», una situación necesaria de convivencia entre las nuevas infecciones y la reactivación de la actividad económica.
La dualidad entre cuantos fallecidos estamos dispuestos a asumir junto a cuan pobres estamos dispuestos a soportar ser, se va a convertir en el fundamento de esta nueva etapa post COVID y para la que habrá que asumir un necesario equilibrio. En éste puede que deban soportarse en la nueva etapa más inmediata, las métricas de valoraciones, estimaciones y proyecciones que determinen el ámbito de valoración del dinamismo de la actividad económica y en consecuencia del precio de los activos.
Aspectos como:
- la eficacia en la reacción de los sistemas de salud a los nuevos contagios, cuales son sus capacidades asistenciales a los mismos y cuánto suponen estos de incremento diario x 100.000 habitantes.
- cuán eficaces serán las herramientas de localización de focos, seguimiento y erradicación en los diferentes países.
- cual es el ritmo de evolución de las vacunas o retrovirales (Moderna, Astra-Zeneca y Johnson & Johnson)
- qué grado de reacción se refleja en el ánimo de los consumidores y trabajadores. Prudencia, retracción o dinamismo
- cuales serán las nuevas medidas de los gobiernos para prevenir y convivir en su caso con un nuevo brote y cuán agresivas serán estás con la convivencia con una situación de apertura de la economía
serán algunos de los que pesarán en las valoraciones de los mercados.
Hasta el momento las cifras de actividad industrial manufacturera ha registrado un progreso en su recuperación globalmente, aunque se mantienen inmersas en territorio negativo.
Los mercados ofrecen actualmente precios relativamente atractivos, aunque ya no son los que se registraban en período de mínimos, por lo que las carteras, además de deber cumplir los criterios de diversificación y horizonte temporal enfocado en el medio plazo, aprovechando la volatilidad del momento, deben ser claramente selectivas, fundamentándose en criterios que permitan mantenerse a los mismos en el transcurso de esta etapa de incertidumbre (health care, consumo básico, rentabilidades por dividendo..), sobre-ponderando con inversiones temáticas consecuentes con los nuevos paradigmas (cloud, cyber seguridad, salud, nueva estructura de las ciudades, e-learning, comercio electrónico, sostenibilidad, …) y oro, como activo de protección y anticipando potenciales repuntes en los niveles de inflación y bajadas del dólar.