Fin de la crisis del Coronavirus y sostenibilidad? Qué podemos esperar.

Si descontamos el retorno a un contexto comercial habitual una vez la pandemia llegue a su fin, empresas y población mundial reanudaremos la actividad bajo una fuerte ayuda estatal.

Por todo el mundo, asistiremos a subvenciones a consumidores y al tejido industrial, así como un masivo rescate de industrias estratégicas, que podrán venir acompañados de una amplia relajación de las normas ambientales, todo ello con el objeto de contribuir en el más breve espacio de tiempo posible, a impulsar la demanda y recuperar los mercados energéticos, motor de las economías, como el del crudo.

El mercado del crudo supone además una actividad vital como contribuido a los presupuestos estatales de muchos países globalmente, como Oriente Próximo, RUSIA o EEUU, actualmente gravemente afectados por el exceso de oferta generado consecuencia del brote de coronavirus.

En el caso particular de EEUU, la industria de extracción de esquisto ha permitido al país alcanzar y mantener su independencia energética, aunque para que mantenga su rentabilidad, necesita un precio internacional del crudo superior a los 40$/b.

Sin embargo, cabría una segunda posibilidad y es que los paquetes fiscales sean utilizados para promover una agenda de «cambio climático» más agresiva, lo que supondría una estrategia geopolitica y económica para bloques como la Unión Europea, excluyendo de esta forma a industrias como la del petróleo o el gas de la lista de empresas rescatables y obligar al mismo tiempo a las empresas que sí lo sean (como por ejemplo líneas aéreas) a invertir en energías alternativas y desarrollos de negocio más sostenibles.
Estas medidas desmenuzarían la organización del mercado internacional de crudo, condicionándolo a verse sometido al un ámbito de la negociación de acuerdos bilaterales entre comprador y productor, debilitando la influencia de estabilizadores de precios como la OPEP y dilapidado la rentabilidad de proyectos vinculados con la extracción y mercados como el de esquisto de EEUU, financiado por emisiones high yield, que constituyen en el sector un 11% de las emisiones de alta rentabilidad usa.

Geopolítica y geoestrategia subyacen en las alternativas diseñadas por los diferentes países, del modelo a aplicar a la salida a esta crisis. Una oportunidad de cambio del actual equilibrio global.

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