El contexto económico derivado de una pandemia como la del coronavirus, se caracteriza globalmente por la consecución de un shock de oferta y de un shock de demanda simultáneos.
En esta situación, los responsables políticos deberán tomar postura de manera inmediata, dinámica, flexible y contundente, con la garantía de poder flexibilizar y ampliar aun más estas medidas en caso necesario.
Una coordinación de la política internacional podría entenderse que debe ser igualmente necesaria, como así se producía con la crisis de 2008. Pese a este razonamiento lógico, hay sin embargo varios aspectos diferenciadores entre ambas crisis que pueden justificar que esta dinámica no resulte especialmente eficaz para este caso con el coronavirus. La actual crisis no es ni simultánea, ni homogénea, ni será de igual magnitud entre los países que se verán afectados. En consecuencia, demandar una coordinación internacional, puede no ser tan útil.
Sí una coordinación de la política fiscal con las dinámicas del banco central, puede entonces resultar más eficaz, orientadas a limitar la desaceleración y dinamizar el potencial posterior rebote.
En este sentido, las medidas a corto plazo, período al que parece orientarse la dinámica y duración de esta crisis de salud, deben orientarse a limitar el daño económico, alineando medidas de acceso a la liquidez al tejido empresarial en su conjunto, préstamos específicos y retrasos en el abono de impuestos y tasas directas vinculadas con la actividad económica empresarial (profesionales y empresas). Ayuda a las pymes en sus gastos por enfermedad, ayuda financiera directa a los trabajadores dependientes y posponer el pago de intereses para la población afectada por la pandemia y su incidencia económica directa.
Una reducción de los tipos de interés sin embargo o una política fiscal expansiva, a través de un recorte de impuestos, no parece ser una media especialmente indicada en este momento concreto, por su ineficacia, dado que ninguna de ellas estimulará el consumo en un estadio en el que los ciudadanos permaneces confinados en sus domicilios. Este tipo de estímulo monetario y fiscal será sin duda más eficaz una vez se supere el punto más álgido del temor al contagio generalizado y la consecución de una reconquista del entorno social de convivencia. Medidas amplias que impulsen y refuercen el rebote de la actividad económica.