Cómo son el Hombre y la mujer frente a las inversiones. La relevancia del consejero patrimonial

Cuando se trata de comportamiento de inversión, las diferencias entre hombres y mujeres pueden no ser tan distantes como parecen.

Interesante articulo transcrito de Justin Waring, UBS Investment Strategist Americas

En 1992, un libro de John Gray, titulado Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, se convirtió en un éxito de ventas internacional. Una de las ideas que promueve el libro es que los hombres y las mujeres «llevan cuenta» del valor de su relación, y el conflicto surge entre ellos de sus diferentes metodologías de puntuación.

Según el autor del libro, John Gray, las mujeres asignan un «valor» más alto a las cosas pequeñas (es decir, demostraciones de afecto) que los hombres, quienes tienden a valorar mucho en favor de cosas más grandes.

Una interpretación de esta tesis permite afirmar que los hombres piensan que pueden mantener sólida la relación, enfocándose en ayudar a resolver problemas «importantes», adquiriendo con ello «crédito en la relación» y luego utilizar ese crédito para eximirse de otras responsabilidades.

El libro fue popular, pero también fue muy criticado por promover estereotipos para cada uno de los géneros. En el mundo de las inversiones, se ha promovido un concepto popular similar

En un artículo titulado ingeniosamente, » Boys Will Be Boys: Gender, Overconfidence and Common Stock Investment «, los investigadores sobre finanzas de la conducta, Brad Barber y Terry Odean, observaron 35,000 hogares y analizaron el comportamiento en la negociación y de los resultados de las inversiones en inversores masculinos y femeninos.

Sus conclusiones principales respaldan la idea de que los hombres están demasiado seguros de sí mismos y que cambian sus posiciones con demasiada frecuencia. Esta ‘sobrecarga’ afectó a la rentabilidad neta de los hombres, suponiéndoles una carga de entorno al 2,65% por año, mientras las mujeres ganaron alrededor del 1% más por año.

Esto inicialmente apoya la hipótesis que se recoge en «Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus». Sin embargo, a pesar de que los datos mostraron que los hombres comercian aproximadamente en promedio, con una frecuencia un 45% mayor que la de las mujeres, no significa que sean los únicos inversores que muestran un exceso de confianza. Las mujeres analizadas también se vieron igualmente perjudicadas por esta negociación en su rentabilidad en un 1,72% anual.

Debemos tener cuidado de no simplificar demasiado las conclusiones de estudios como este. Los estereotipos no son útiles para tomar decisiones individuales; después de todo, nadie es promedio. Los investigadores enfatizaron que la diferencia de ~ 1% en los retornos promedio entre los géneros, no resulta estadísticamente significativa, por lo que no hay una diferencia clara en la calidad de las negociaciones financieras, solo en la cantidad. También se debe tener en cuenta que gran parte de las diferencias se centraron sobre las posiciones mas extremas, a consecuencia de un pequeño grupo de sobre negociadores masculinos, que sufrieron particularmente a consecuencia de su exceso de confianza.

En base en este estudio, podemos concluir que la negociación ( trading) financiera es compleja y resulta arriesgada para el patrimonio; y que una mayor frecuencia en la misma, aumenta la probabilidad y el tamaño de un menor rendimiento.

Ambas hipótesis son fáciles de confirmar después de unos minutos ejerciendo este simple juego del trading de mercado a corto. Aunque realmente subestima el problema por dos razones. Primero, porque los beneficios de una estrategia bien diversificada son más duraderos y en consecuencia, más difíciles de cronometrar que una estrategia de capital ( trading).

En segundo lugar, gran parte del costo de la sobre negociación, fue resultado de los corretajes y las comisiones. Aunque se esté seguro de que este tipo de operación agregará valor, se deben tener también en cuenta las tasas de la transacción y otros costos. Incluso si no fueran estos relevantes en la toma de decisiones, solo este factor por si mismo, favorece externalizar las tomas de decisión a gestores patrimoniales profesionales, que trasladarán una comisión porcentual plana en lugar de unos costos basados en transacciones unitarias.

Por último, pero no menos importante, debemos mirar más allá de los estereotipos para encontrar la verdad. Las diferencias de comportamiento sobre la inversión entre hombres y mujeres no son tan grandes como parecen. Ambos negocian por encima de lo que correspondería al mítico inversionista ‘racional’, que negocia solo después de un cuidadoso análisis que concluye cuando el rendimiento esperado supera los costos.

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