Los ajustes de las magnitudes económicas, especialmente de las que componen la demanda agregada, estas son, consumo, inversion y gasto publico, en un contexto de incertidumbre, no tienen siempre efectos vinculados con valoraciones financieras ortodoxas, por lo que las decisiones de los agentes económicos sobre las mismas, pierden gran parte o todo su componente de racionalidad.
La inversion es una de ellas , por lo que tampoco se ve exenta de este efecto. Por lo tanto, se hace especialmente relevante, hilar muy fino en el momento de acometerlas. No solo sobre activos, sino sobre escenarios y horizontes temporales, haciendo una valoración precisa del componente de liquidez. Liquidez en un momento en la que esta se ve penalizada dentro de un marco de gran incertidumbre.
La ultima estadística del INE. refleja, que la tasa de ahorro de los españoles se ha elevado en el segundo trimestre de este año, hasta el 19,3% de la renta disponible, al mayor de la ultima década. Creciendo un 3% respecto a la cifra registrada en el primer trimestre del año.
La cifra es consecuente con una preferencia por el ahorro, en forma principalmente de liquidez, a pesar de la penalización que sufren los depósitos en efectivo. Según datos del del Banco de España, los depósitos a la vista se remuneran con un 0,03%, hasta un año con el 0,04% y para vencimientos superiores a 2 años en el 0,16%. Consecuencia de la ultima medida del BCE, por la que penaliza el efectivo de los depósitos de las entidades financieras en un -0,50%.
El ahorro es el componente que permite a través de su inversión en bienes de capital, fomentar el crecimiento económico y la competitividad mediante las mejoras de la productividad.
Aunque, atendiendo a las cifras de los indicadores de inversión neta y consumo, este ajuste en el indicador de ahorro, viene determinado principalmente por la incertidumbre y el temor de una sociedad, y en concreto de su clase media, a un futuro económico mucho más que incierto. Alejado de la lógica que ha caracterizado las tomas de decisión tradicionalmente en las familias, atendiendo a fundamentos racionales. Y es que argumentos, lamentablemente, no faltan.
En este caso, el ahorro viene de penalizar enormemente el consumo y sus previsiones a medio plazo.
Durante el segundo trimestre de 2019, el gasto se incrementó en tan sólo un 0,6%, muy lejos del 2,1% que crecía un año atrás para el mismo trimestre.
La perspectiva de incertidumbre, ante la profunda desaceleración que vive la Unión Europea y que afecta directamente a España, al ser sus principales socios comerciales, genera mayores tasas de ahorro.
El crecimiento que España mantiene sobre la media de la union europea, es causa principal del retraso del dinamismo de nuestra economia en su reacción tras la crisis de 2009. Retraso que todavía mantenemos en multiples indicadores. Uno de ellos el del empleo, catalizador del consumo.
En términos interanuales, el crecimiento del PIB fue del 2% en el segundo trimestre del año, lo que supuso 2 décimas menos frente a los datos del primer trimestre de 2019 y 4 décimas respecto a las previsiones del gobierno para 2019.
Ayer, 15 de octubre, en el presupuesto enviado por el gobierno a la Unión Europea, se volvía a matizar el dato hasta el 2,1% de previsión, con un mantenimiento de un déficit del 2%.
BBVA, en su ultimo estudio, estima que el indicador de crecimiento cerrará el año en el 1,9%.
La demanda nacional, ha pasado de crecer un 2,5% en el segundo trimestre de 2018 a únicamente el 1% en el segundo trimestre de 2019.
En este contexto, mantener una vision de medio plazo, seleccionando un adecuado equilibrio entre liquidez e inversion, es determinante para cumplir con los criterios de su planificación financiera.
16.10.19 Eduardo Ascariz / economista