Tras la FED, el BCE y el momento actual de las curvas de tipos, puede ser nuevamente el momento de reevaluar las carteras.

la inflación de Estados Unidos parece enfriarse, junto al mercado laboral y  el crecimiento promedio de las ganancias. Los mercados de futuros, tras una subida de 25 puntos básicos de la FED en mayo, descuentan recorte de tipos antes de fin de año. Los precios de la energía son un factor clave a tener en cuenta en la confirmación de esta perspectiva.

El mercado en niveles actuales del S&P 500, cerca de sus máximos anuales, cotiza a un múltiplo de valoración históricamente asociado con un crecimiento de los beneficios empresariales incipiente. Unido al actual momento de tendencia, recordemos que el índice VIX se encuentra en mínimos de año igualmente, sugieren que el mercado apuesta con una alta probabilidad, por un aterrizaje casi perfecto para la economía estadounidense. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento, ganancias e inflación siguen siendo inciertas.

En este entorno, los bonos de alta calidad ofrecen una mejor relación riesgo-recompensa que los índices generales de renta variable estadounidense, lo que favorece igualmente la inversión en renta fija de alta calidad frente a los índices de renta variable estadounidense. Una desinflación sostenida beneficiaría a ambas clases de activos, mientras que una desaceleración más pronunciada de la economía favorecería más a los bonos.

De nuevo y como viene siendo en estos meses atrás, la diversificación hacia mercados emergentes y activos de alta calidad, incluidos bonos de alto rendimiento, crédito de grado de inversión y deuda senior, puede resultar recomendable. En este contexto, infra ponderar el dólar estadounidense resulta oportuno, ya que su contexto de déficit dual y la prima de inflación que incorpora respecto a otras áreas económicas, tenderá a depreciarlo relativamente. La diversificación del mercado estadounidense y su moneda hacia el franco suizo, el oro, el euro y el yen puede representar alternativas de diversificación interesantes.

Los favorables indicadores que siguen publicándose sobre la economía china y la evolución de los precios de las materias primas, pueden ser buenas referencias para encontrar el momento adecuado en el que sobre ponderar estas alternativas de inversión tendientes a diversificar la cartera de activos.

La tecnología y los nuevos paradigmas se mantienen como tema clave de inversión a medio plazo.

Un posible endurecimiento del mercado de liquidez y restricciones crediticias que podrían conducir a un menor crecimiento, no se reflejan actualmente en los precios del mercado.

La inversión inmobiliaria no parece generar el atractivo para constituirse en alternativa de diversificación. Los tipos de interés, el momento económico y la inestabilidad en el sistema bancario lo indican. La excepción, aquellas asignaciones con carácter de largo plazo que buscan descuentos en su asignación estratégica.

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